LOS QUE ANDAN EN SUS CAMINOS
July 23, 2019Pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos
Salmo 119:3
Es realmente increíble escuchar historias de personas que se hacen
llamar creyentes, pero viven en completa desobediencia e iniquidad delante de
Dios. Estos “creyentes” que aún viven en pecado como el adulterio, la
fornicación, las borracheras, la idolatría, entre otras cosas, continúan
engañándose así mismos y siguen creyendo ser parte del pueblo de Dios solo
porque en alguna ocasión tomaron una decisión por Cristo; o porque en un
campamento, conferencia o evento bíblico escribieron su nombre en una tarjeta
de papel; o simple y sencillamente porque han simpatizado con el evangelio y
piensan que la fe cristiana es atractiva.
A pesar de que estos son sus
argumentos, la vida y el testimonio de muchas de estas personas demuestran
que no viven rectamente delante de Dios sino que continúan viviendo en
iniquidad, alejados de Dios.
El salmista nos demuestra que aquellos quienes se caracterizan por
andar en la ley de Dios; guardar los testimonios del Señor y buscar
habitualmente a Dios con todo su corazón, son personas que vivirán una vida
diferente en comparación de aquellos quienes no conocen a Dios. ¿Cuál es esa
manera diferente en la que el creyente vivirá si vive en obediencia y en
comunión con Dios?
El creyente que obedece a Dios y se deleita en su palabra
no practicará la maldad e iniquidad. Una persona que está comprometida con
Dios reflejará un testimonio íntegro a través de su manera de vivir y de actuar.
Como lo mencioné al principio, es realmente triste cuando vemos
personas que claman ser creyentes, pero que aún continúan viviendo en la
manera en como vivían en el mundo.
A través de años recientes, algunos
movimientos “evangélicos” han enseñado que el Cristiano—habiendo sido
salvado por la gracia de Dios—no tiene la responsabilidad de buscar u obedecer
a Dios, ya que eso serían obras humanas y no obras del Espíritu. Aquellos
quienes enseñan esto claman que uno no hace absolutamente nada en su vida
como creyente, ya que Dios es quien hace toda la obra en la vida del creyente.
Aunque es cierto que Cristo mismo y el Espíritu Santo nos santifican a través de
la Escritura, Dios nos enseña en su Palabra que el creyente también tiene la
responsabilidad de vivir una vida de obediencia.
El creyente no debe vivir una
vida pasiva, sino una vida activa siempre buscando cómo estar más cerca de
Dios.
En Filipenses 2:13, el apóstol Pablo dice, “porque Dios es el que en
vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” ¿Qué
significa esto? Simple y sencillamente que si una persona que se llama ser
creyente no está buscando a Dios para vivir en obediencia y en comunión con Él, es una persona donde Dios no está obrando en su vida y no está produciendo ese deseo. Y si Dios no produce ese deseo en esa persona de
buscarle, amarle y obedecer, es una persona que muy seguramente no ha
nacido de nuevo.
Por lo tanto, regresando al texto del Salmo 119:3, una persona que no
vive en obediencia a la Palabra de Dios, es porque muy probablemente no anda
en la ley de Dios, no guarda los testimonios de Dios, y no busca a Dios con todo
su corazón. Sin embargo, aquellos que si andan, guardan y buscan la palabra de
Dios.
El resultado de un compromiso real con Dios se ve reflejado a través de
su santificación. En el versículo 1, el salmista usó la palabra “camino.” En este
versículo el autor usa la misma palabra de manera plural. ¿Por qué hace esto?
Porque por un lado, los perfectos, o bien, los íntegros de camino—aquellos que
viven irreprensiblemente—son los que se someten a la Palabra de Dios y su
autoridad (v.1), mientras que los que no practican iniquidad, son aquellos
quienes viven en los caminos de Dios.
En otras palabras, aquellos que no hacen
iniquidad viven íntegramente porque viven ocupados y enfocados en los
caminos y en la santificación que Dios está haciendo en sus vidas. Por lo tanto,
una persona que se caracteriza por vivir una vida de iniquidad y malicia, es una
persona que probablemente no está siendo santificada. Y si una persona que se
dice ser creyente no está siendo santificada, es porque no conoce a Dios.
En 1 de Juan 2:15, el apóstol nos demuestra que aquellos quienes aún aman las cosas del mundo no aman a Dios. Mucha gente sigue hipnotizada con
el mundo y la antigua vida que tenían antes. A veces, estas personas dan la
apariencia de estar más interesadas en su pasado, que en su presente y su
futuro en Cristo. Sin embargo, a través de la Escritura, el Señor nos demuestra
que aquellos quienes hemos sido transformados y hemos nacido de nuevo
tendremos un cambio absoluto y radical. Esto no significa que seremos
“supermanes espirituales” y que nunca tropezaremos, caeremos o pecaremos.
Sino que nuestras vidas ahora no están caracterizadas por un estilo de vida que
va contrario a Dios, su santidad y su Palabra.
Una persona que está siendo
santificada y conformada a la imagen de Cristo, ya no hace ni practica iniquidad.
Sino que en Cristo es una nueva criatura.
Isaías Godoy es egresado del Master’s Seminary con Maestría en Divinidad (M.Div.) y Maestría en Teología (Th.M.). Isaías sirve como diácono y misionero en la Iglesia Cristiana Remanente en la Ciudad de México y como profesor del Seminario Bíblico Palabra de Gracia. Actualmente, el y su esposa Gaby, residen en la Ciudad de México como misioneros de Grace Community Church. ¡Soli Deo Gloria!