¿RESET AL MATRIMONIO?
August 13, 2019“Resetear” al matrimonio
Desde niña fui aficionada a los videojuegos, podía pasar todo el día jugando “Super Mario Bros.” Es muy probable que conozcas ese video juego y sepas que trata de un fontanero que pasa una serie de mundos recolectando monedas para llegar al final y vencer al malvado dragón que tiene presa en la torre del castillo, a una linda princesa.
Crecí y jamás perdí la capacidad de asombro en ese videojuego, ahora con 40 años me sigue gustando como hace 30 años. Debo confesar que, aunque era muy pequeña, era buena jugando. En algunas ocasiones podía llevar 3 horas frente al televisor y si comenzaba a perder y perder y perder, lo más sencillo para mí era “Resetear” el juego. No me importaba si pasaba 3 horas más jugando, porque en verdad quería llegar al final con la mayor cantidad de “vidas”, de puntos y monedas, que terminar con la “vida cero” y sin nada en los cofres.
Después de 30 años, ya siendo casada y con hijos, recuerdo esas tardes de video juegos en la sala de la casa de mis padres, y lo fácil que era reiniciar todo en el momento en que toda “mi travesía virtual” comenzaba a ponerse difícil, he pensado que si acaso nuestra vida, nuestro matrimonio o la maternidad tuvieran un botón de “Resetear”, ¿en qué momento lo usaría? ¿Lo usarías? ¿Cuándo?
En esta ocasión centrémonos en el matrimonio y las cosas en las que podríamos “reiniciar” para perfeccionarlo. Pero antes, debo decir que creo totalmente en el poder de Dios para la restauración de los matrimonios que pueden están colapsando, es una manera de “reiniciarlo”, si se permite el término. Cuando nosotros dependemos de Dios y dejamos de lado nuestro orgullo para poder construir un matrimonio que le honre y le agrade a Él, Él nos ayuda, no nos deja solas y al final es Él quien lo hace todo.
Y, hablando con mi esposo, llegamos a la conclusión de que hay tres actitudes en ambos que nos gustaría “reiniciar” o “resetear”.
Resetear cuando hablamos de más y no guardamos nuestro corazón.
Es tan fácil ofender cuando estamos enojados, nos sentimos frustrados o molestos por algo y comenzamos a hablar antes de que el cerebro funcione ¿no es cierto? Y después de decir cosas que no teníamos que haber dicho, ¡oh! Queda un sentir de dolor que nos gustaría resetear y no volver a tocar el tema sin antes haber orado, sin antes habernos dicho cuánto nos amamos, y estando convencidos de que todo cuanto hablaremos será para bendición y edificación como matrimonio.
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
Efe. 4:29
Resetear la falta de comunicación entre los dos
¿También te pasa lo contrario al punto anterior? A mí también, hay cosas en las que hablamos de más y otras en las que nos hace falta comunicación. Y es que es muy común que, con tantas ocupaciones de los dos, no se habla lo suficiente de lo que sucede con cada uno en particular; se habla acerca de los niños, de las escuelas, de la comida, gastos, trabajo, oraciones, etc., pero de los dos como pareja ¡es muy poco! Así que, si, es bueno reiniciar y recomenzar a hablar de uno cada día de ser necesario. Hablar de ambos y del amor que une el matrimonio ¡todos los días! Sin enojos, sin prisa, sino escuchándose con atención, amándose y conociéndose más cada día.
Resetear por completo el matrimonio
¡Si! Y No significa que se pierda todo lo que se ha construido durante el tiempo que han estado juntos. Entonces, ¿qué significa reiniciar el matrimonio para volver a comenzar? Es probable que con el paso del tiempo el matrimonio haya cambiado, haya madurado en muchos aspectos y en otros se haya quedado alguna semilla sin germinar por no haberla regado y cuidado en su momento.
Me parece maravilloso poder reiniciar el matrimonio para nunca perder la capacidad de asombro con las pequeñas cosas que con el paso del tiempo se fueron perdiendo, reiniciar el matrimonio para que el enamoramiento sea continuo, que no aminore con las diversas pruebas que se presenten, que tampoco suceda eso con la rutina ni con el cambio de vida al llegar los hijos. Y una cosa más que sería bueno al reiniciar el matrimonio, es para en su momento, no permitir a terceras personas involucrarse demasiado sino, depender y escuchar solo el consejo de Dios que está revelado en Su Palabra.
Quizá ese botón de “reinicio” sería la solución a cada uno de nuestros problemas, desacuerdos y todo aquello que ya no nos gusta de nuestro matrimonio. Sin embargo, no cabe duda de que todas las cosas que Dios preparó para nosotras y nuestro matrimonio han servido para nuestra santificación, para parecernos más a Cristo y que nuestro carácter refleje que está siendo formado por Él.
El matrimonio es un instrumento en las manos de Dios para nuestra santificación, para mostrarnos esos pecados de los que quizá no somos conscientes, y eso es una bendición. No podemos resetear nuestro matrimonio, ni a nosotras mismas, no podemos borrar todos los errores que cometimos, sin embargo, Dios es bueno porque nos permite mirar atrás para darnos cuenta de qué hemos aprendido de todo ello, nos ha hecho madurar y, sobre todo, nos ha hecho buscar más de Él porque hemos entendido que todo lo que vivimos ha sido por Su Gracia, para irnos perfeccionando cada día.
El matrimonio muestra la unión de Cristo con Su iglesia, y aunque el Señor no “reseteó” nada, Cristo sí nos ha limpiado, nos ha revestido y perdonado para presentarnos sin mancha delante de Él, no borrando nuestro pasado, pero sí dándonos su identidad. Y así veamos nuestro matrimonio, por Su Gracia y Misericordia, nuestro gran Dios nos da cada mañana una nueva oportunidad para mejorar todo lo que en el pasado nos dañó y ser mejores cada día para gloria de Su Nombre.
Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos,
Porque nunca decayeron sus misericordias.
Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
Lam. 3:22-24
Quisiera resetear los momentos donde el orgullo me venció, donde el enojo fue mayor que el amor, resetear las noches que preferí dormir que acompañar a mi esposo, resetear los momentos que no pedí perdón y bueno, tantos errores que cometí como esposa. Gracias a Dios porque él contesta nuestras oraciones de manera extraordinaria y ni siquiera imaginamos de qué forma tan grande lo hará.
Así que en oración mujer, pidamos que todo eso que quisiéramos resetear, Él lo transforme en bendición de ahora en adelante, de acuerdo con el propósito que tiene en nuestro matrimonio y actuemos en oración, no cesemos de orar por nuestro esposo, por nosotras, y por nuestro matrimonio, corramos a los pies de la cruz y reconozcamos que le necesitamos este y todos los días de nuestra vida.
Karla de Fernández.
Esposa de Jorge Carlos, madre de Daniel, Santiago y Matías. Su pasión es compartir con otras mujeres la Palabra de Dios para atesorar la belleza del Evangelio. Karla es autora en Lifeway y Directora de las Iniciativas Femeninas en Soldados de Jesucristo.
Es escritora del libro “Hogar bajo su gracia” publicado en Junio del año 2019 con la Editorial Lifeway Mujeres. Lo puedes encontrar a través de Lifeway México aquí: HOGAR BAJO SU GRACIA
Puedes contactar a Karla en Twitter y en su página de Facebook @KarladeFernandez