Plantar una iglesia en medio del Coronavirus
April 13, 2020Estaba en un viaje largo por dos ciudades distintas, involucraba predicar varias ocasiones como parte de la actividad a la que me invitaron y mientras todo esto sucedía, Dios traía más entendimiento a mi mente y aún más convicción a mi corazón sobre iniciar la plantación de Iglesia Central. Las noches de ese viaje fueron de tremenda lucidez, mi mente estaba como una máquina de vapor descargando todo lo que Dios tenía y, sin darme cuenta, llegaba la madrugada o el amanecer del día siguiente; así, una de esas madrugadas, a las 3:00am tuve que bajar a la recepción del hotel para pedir una impresión de lo que surgió como proyecto pre-plantación; tenía estadísticas de población, anécdotas de la ciudad, conclusiones personales, metas claras, valores no negociables, un equipo esperando en casa, etc. ¡Todo estaba en su lugar!
Al día siguiente comenté con un buen amigo mi deseo de plantación de la iglesia, él me recibió con una gran sonrisa y me dijo: Gracias a Dios, déjame abrazarte. Así que pensé: Todo está listo, ¿qué puede hacer falta?
Creo que los que plantamos iglesias somos muy románticos… estamos soñando con los resultados inmediatos, sin saber que Dios tiene preparado un buen tiempo de desafíos y pruebas que son los primeros pasos para plantar Su iglesia, a Su manera y bajo Sus condiciones, mientras Él forma carácter y madurez en nosotros.
Así que en este tiempo de la plantación de Iglesia Central, decir que:
Mientras plantamos la iglesia de Dios, él está sacando de raíz, el pecado de nuestra vida.
Desafíos, pruebas, dolores, pecados confrontados, ajustes matrimoniales, escasez financiera, pérdida de miembros, salida de integrantes del equipo plantador, etc. y en el tan esperado 2020 se hace presente el COVID-19. Jamás me imaginaría que la segunda etapa de plantación se haría acompañar de ¡un virus mundial!
Podemos leer libros de plantación de iglesias y llegar a tener cierta noción de posibles escenarios de lo que está por venir, pero… ¿un virus mundial? ¡Vaya, tremendo asunto! Y ante este escenario surgieron en mi mente estas preguntas:
- ¿Cómo plantar una iglesia si los miembros deben estar en sus hogares?
- ¿Qué es lo primero que tiene que ser modificado en mi estilo de pastorado?
- ¿Cómo hacer discípulos sin reunir a los discípulos?
- ¿Cómo puedo conciliar Hebreos 10:25 con la contingencia del COVID-19?
Para estas preguntas quisiera recordé el libro de mi amigo Justin Burkholder, “Sobre la Roca” especialmente el capítulo dos: “La Iglesia como una familia reunida” Justin explica un principio que, tanto para mi esposa como para mí, es la esencia y uno de los motores que nos anima en esta segunda etapa de Iglesia Central:
Plantar Una Iglesia Que Refleje La Esencia De Ser La Familia De Dios
En Efesios 2:19, el apóstol Pablo lo cita de manera muy clara:“Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios.” (NBLH) La iglesia es una familia, y las familias permanecen unidas, eso es la parte de su esencia fundamental, la diferencia el día de hoy es la presencia de un virus que nos mantiene físicamente separados, fue entonces surgió una pregunta más:
- ¿Cómo seguir plantando una iglesia con la presencia del COVID-19?
El Señor me hizo recordar también una palabra en Hebreos 10:25, “exhortándonos” que es el verbo parakaléo que textualmente quiere decir “llamar al lado”; esta es una acción muy pastoral porque implica una atención personal, de confianza y una iniciativa de búsqueda para conocer el estado de las ovejas, sea para animarles o amonestarles.Al comprender esta palabra, desarrolle 5 dinámicas que como pastor estoy implementando para Iglesia Central en medio de una pandemia:
- Llamar a cada familia. Ajusté mi agenda para cada día que dure el aislamiento; hacer contacto con las familias; esto tiene el propósito de escucharlos y orar juntos en ese momento por ellos y por sus necesidades; para traer aliento a la familia de Dios. (1Ts. 4:18)
- Amar a cada miembro. Aunque no puedo estar cerca de ellos, sí puedo comunicarme con ellos para que de manera intencional sepan que estoy pendiente de ellos en mis tiempos devocionales, haciéndoles saber que en mi listado personal de miembros ellos están muy presentes, inclusive amarles involucra escucharles decir: “pastor tengo miedo…” (Heb. 10:24)
- Modificar mi manera de escuchar. Parece que damos por sentado que como pastores sabemos escuchar, pero en la práctica he fallado en ejercitarme en verdaderamente escuchar con atención; considero que escuchar es tomar el tiempo, la dedicación y la atención a quien me estoy acercando para entender y canalizar juntos sus necesidades hacia Dios; visto en una imagen: es un pastor mirando a los ojos a su oveja y conociendo de donde cojea. (2Co.1:4)
- Atención estratégica. De manera intencional en Iglesia Central estamos publicando en nuestras redes sociales información emitida por la autoridad de salud en nuestro país, para captar la atención de manera estratégica y que las familias no sean presa de información falsa o del miedo colectivo; al mismo tiempo estoy comunicando la escritura a cada familia de manera que alentemos a nuestras filas a permanecer fieles en la Fe. (Rom. 5:2)
- Reconocer cada día que Dios es soberano. La soberanía de Dios no tiene límites, hacer énfasis en las charlas con los miembros de la iglesia, que nada se escapa del gobierno de Dios, recordarles que todas sus decisiones son sabias y sus pensamientos de bien, les comunico que tengan presente que Él es la realidad absoluta que lo llena todo eternamente y para siempre, y que el coronavirus no escapa del gobierno de Dios por lo tanto descansamos en Su soberanía. (Daniel 4:35)
Una Reflexión para la forma en que estamos pastoreando el día de hoy.
La manera en como pastoreamos a nuestras iglesias no puede ser la misma; debemos tener una introspección seria de nuestro ejercicio pastoral. Me he cuestionado fuertemente esto que espero te sean útil si estás en el pastorado:
- ¿La iglesia que pastoreo está preparada para sufrir?
- ¿De qué manera estoy siendo un ministro que sabe aprovechar el tiempo? No solo en los tiempos malos.
- ¿En verdad amo la iglesia que Dios me encomendó?
- ¿Sabe la iglesia que pastoreo que los amo?
- ¿Mi pulpito es un obstáculo que he puesto para mantener a la iglesia lejos?
Tú puedes agregar tus propias preguntas. Pudiera ser que tu iglesia es muy grande en cantidad de miembros o no, pero eso nunca puede ser un impedimento para tomar acciones que reflejen el amor pastoral de Cristo para con su iglesia y que podamos decir como Pablo en: Flp. 1:8Porque Dios me es testigo de cuánto los añoro a todos con el entrañable amor de Cristo Jesús. (NBLH)
Lo cierto es que el Señor es testigo de cuánto añoramos tener a la familia de Dios reunida una vez más cada domingo y durante la semana.
Amados hermanos pastores que cada miembro de la iglesia sepa que los amamos porque hemos sido amados con el entrañable amor de Jesucristo.
Alex Díaz
Alex es pastor consejero y maestro de Biblia, actualmente está cursando la Maestría en Divinidad con énfasis en Misiones y Evangelismo, en The Southern Baptist Theological Seminary. Está casado desde hace 17 años con Ana Laura Sánchez y sus dos hijos Fernando y Elías son jóvenes adolescentes; puedes seguirlo en sus redes:
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